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¿Y después del sismo... qué?

Agregado el 27 septiembre 2017

Hace nueve días nos volvimos a enfrentar a una prueba similar a la de hace treinta y dos años. La naturaleza movió la tierra en nuestro México, y lo hizo tan fuerte, que seguramente también removió emociones, pensamientos y cosas dentro de ti que quizás no sabías ni siquiera que habitaban en tu ser.

Sabemos que es difícil ver los daños que este fuerte sismo han dejado en las calles de nuestra ciudad y en nuestros estados hermanos. Tal vez te sientes nervioso, con ansiedad, o ni siquiera has podido dormir. Es duro ver esta realidad, de quienes han perdido sus hogares, a sus familiares, a sus mascotas… personas que necesitarán de los que quizás sólo nos asustamos para en los próximos meses, ayudarles a pegar los pedacitos de eso que se rompió y no volverá a ser igual. Caminar por las zonas cercanas a derrumbes y sentir nostalgia, escuchar sirenas la mayoría del tiempo y sentir escalofrío o tener miedo a que la alerta vuelva a sonar es normal, lo hemos sentido también. Sin embargo, hemos tenido que dejar de lado ese miedo que paraliza para sobreponernos y ponernos en acción. Ante esta destrucción, nos toca no sólo reconstruir viviendas o recoger escombros, es un llamado para levantarnos y reinventarnos a nosotros mismos.

¿Y después del sismo… qué? Es tiempo de replantearnos el qué nos mueve para seguir, el cómo nos relacionamos con los demás; es hora de dejar de lado las excusas, esas que nos hacen ponernos límites por temor a enfrentarnos a todo aquello que no conocemos. Es hora de que te abraces, de que te regales un tiempo para ti, de estar en silencio, de que llores o saques de la forma que desees todo eso que estos días te han hecho sentir. Las cosas no volverán a ser iguales después de esto, pero de ti depende del curso que vayan a tomar.

Aprovecha esta destrucción para reconstruirte, para reinventarte, para intentar ser una mejor versión de ti mismo, ¡la mejor! Para valorar más la conexión con tu familia, con tus amigos, con la gente de tu trabajo, para no quedarte guardado ese “te quiero”, para intentar dar lo mejor de ti este día, y todos los días, uno a la vez. Deja de ser indiferente ante las situaciones que crees que no tienen que ver contigo, sonríele al de al lado, ¡no juzgues! Generalmente no sabemos qué historias o problemas pueda tener la gente con la que nos cruzamos en la calle, en el transporte, en un café. La reconstrucción de nuestro México y de tu ser probablemente tardarán tiempo, y no será fácil, y tal vez haya días mejores que otros, y el trabajo para lograrlo deberá ser fuerte y constante, pero si tú decides empezar por ti este cambio, este mindset, podrás contribuir poco a poco a generar lazos fuertes, empáticos y verdaderamente humanos. Estamos en un momento de dolor, pero de nosotros depende el levantarnos con esperanza, con más fuerza, con amor. Y no olvidar esta unión, esta fraternidad. México se levantará gracias a ti, y todo pasará. Desde aquí te abrazamos fuerte, todo va a estar bien.